miércoles, 21 de abril de 2010

SANTUARIO DE LA FLAGELACION

La iglesia de la Flagelación fue construida por los cruzados en el siglo XII y seguidamente abandonada durante siglos. En el año 1838 fue adquirida por los franciscanos y restaurada, reabierta al culto gracias a la generosa ayuda de Maximiliano de Baviera, según se afirma en una lápida de su fachada. El santuario del Litóstros o de la Condenación fue construido en el año 1904 por Fr. Wendelin Hinterkreuser sobre las ruinas de una iglesia medieval descubierta algunos años antes. No se conoce el título de la antigua iglesia. La nueva recibió el nombre de Litóstrotos como consecuencia de las grandes losas estriadas que se prolongan también en el contiguo santuario del Ecce Homo, considerado también como parte del Litóstrotos en el cual Pilato tenía su sede cuando juzgó a Jesús y desde donde salió camino del Calvario.El arquitecto Barluzzi la restauró en el año 1929 manteniendo el estilo medieval. Son interesantes las vidrieras de A. Cambellotti que representan el juicio de Pilato, la Flagelación de Jesús y la liberación de Barrabás. Un cuadro en un muro lateral representa la prisión de San Pablo en la torre Antonia. (M.Barberis).

La tradición cristiana recuerda en este lugar dos momentos de la Pasión del Señor: la flagelación y la condena a muerte. Los dos santuarios se encuentran junto al convento franciscano, sede del Estudio Bíblico Franciscano. En el pavimento de la iglesia del Litóstrotos se conservan algunas piedras estriadas La imposición de la cruz sobre los hombros de Jesús se recuerda en los muros exteriores de la iglesia del Litóstrotos que es donde comienza la segunda estación del Via Crucis.

El Litóstrotos y la casa o pretorio de Pilato donde el Señor fue juzgado se encontraba abandonada en el s.IV, según testimonio del Peregrino anónimo de Burdeos y Cirilo de Jerusalén. En el s. V se construyó una iglesia que encontramos más tarde con el título de Sta. Sofía (Sabiduría en griego) porque “el primero de los amigos de la Sabiduría escuchó allí la propia condenación” (Sofronio de Jerusalén, S.VII). A continuación no se supo más de ella y el recuerdo del Litóstrotos se fijó en primer lugar en el Monte Sión y, en el siglo XII, junto a la torre Antonia, la fortaleza que en tiempo de Cristo dominaba la explanada del templo en su parte norte.

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