La larga historia de los proyectos de la plaza revela el esfuerzo para interpretar cómo edificar una iglesia que, Bramante y Miguel Ángel habían concebido y construido de otra manera: con planta de cruz griega y una gran cúpula, se había dejado de lado la de cruz latina de la antigua basílica constantiniana. Los diversos arquitectos que propusieron modelos fueron: Bramante, Rafael, Antonio da Sangallo el Joven, Miguel Ángel, Carlo Maderno.
Bernini
En la primera mitad del siglo XVII Bernini intenta delimitar la cúpula con dos campanarios, para dar una presentación mejor al edificio con un acceso de poca longitud y fuerte profundidad. Pero los problemas de debilidad de los fundamentos le impide proceder con la construcción. De ahí que empiece a buscar una solución para la basílica que implique toda la plaza. Hoy día quedan como testigos dos relojes embellecidos por sendos grupos escultóricos donde deberían alzarse los campanarios.
La plaza recta
Cuando Bernini afronta este nuevo reto, piensa en un espacio para la plaza con forma de trapecio. Las dos alas rectilíneas deben estar separadas de la escalinata central, y el piso de la nueva basílica quedará tres metros más alto que el antiguo de manera que quede suficiente espacio para las criptas.
La inclinación de los “corredores” hace que Bernini renuncie a la solución anterior de dejar un orden recto, e inserta una arquitectura oblicua que da la impresión de un único grupo arquitectónico que circunda la plaza. Sin embargo, debía aceptar la presencia del obelisco en el centro de la plaza con los cambios en el eje mayor.
La plaza oval
El pórtico de la basílica servía a la tradicional procesión del día de Corpus Christi, guiada por el Papa a través de las calles vecinas del Borgo y protegida por grandes baldaquinos. El Papa Alejandro VII intervino introduciendo la idea del pórtico libre y permitiendo a Bernini volver a pensar el proyecto. Con las demoliciones el Borgo pasó de ser una localidad habitada por personas pobres a otro nivel más “aristocrático”. Se optó finalmente por la forma oval con dos semicírculos que es una forma geométrica más usada en la arquitectura cristiana que la elipse. Bernini escribió:
La iglesia de San Pedro, cual matriz de todas las demás debe tener un pórtico que muestre que recibe con los brazos abiertos, maternalmente, a los católicos para confirmarlos en la fe, a los herejes para reunirlos en la Iglesia y a los infieles para iluminarlos hacia la verdadera fe
En la solución definitiva la columnata corre en un piso inclinado casi imperceptiblemente y se levanta con tres peldaños uniformes.
La larga serie de las 162 estatuas de santos, cada una corresponde a una columna representa a la Iglesia triunfante en relación con la Iglesia militante, es decir, la multitud de fieles que rezan en la plaza. Las dimensiones de las esculturas, realizadas por colaboradores de Bernini y bajo su supervisión, son exactamente la mitad de las que se colocaron en la fachada de la basílica (con los doce apóstoles y el Cristo al centro.
Las columnas
Al realizarse un cuadripórtico, aumentaban las dificultades para alinear las columnas. La columnata mezcla elementos del orden dórico como las columnas, pilares y lesenas y jónico en lo restante (especialmente la ausencia de triglifos). La idea era mostrar un aspecto severo y austero que diera más fuerza a la fachada de la basílica (que usa orden corintio) aumentando incluso a la vista su tamaño.
La fachada de Maderno
El prospecto de la fachada demasiado desarrollado en horizontal, bajo y largo, no podía alzarse sin dañar la vista de la cúpula. La escalinata delante de la iglesia -que era tan larga como la misma fachada- fue limitada a la parte central; Bernini hizo demoler la escalera preexistente, excavó el terreno y bajó todo lo que pudo el piso tierra para que quedara casi equivalente con el del obelisco.
miércoles, 31 de marzo de 2010
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